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miércoles, 6 de febrero de 2008

Comenzando el año “La maratón”



Por Claudio y Betty Freidzon
Texto: Hebreos 12:1-2 (ver)
Podríamos comparar este comienzo de año con una carrera, con una maratón que comienza en enero y finaliza en diciembre. La idea no es llegar con las manos vacías, no es llegar cuando todo ha terminado y las luces ya están apagadas, sino llegar en victoria. Debemos prepararnos para alcanzar las metas que Dios puso en nuestro corazón para este año, no alcanza solo con tener deseo, ganas de lograrlo sino que debemos prepararnos para llegar al objetivo. Muchas veces nos pasa que tenemos sueños, tenemos anhelos pero no nos preparamos debidamente para que eso se concrete en nuestra vida. El corredor comienza a correr con un propósito y con un destino: el de llegar a la meta y el de salir primero.
Hoy, haremos un paralelismo entre nuestra carrera cristiana y un maratonista que nos llevará a comprender verdades espirituales
Veamos qué actitud debe tomar un maratonista para afrontar semejante desafío:
Nº1- Se entrena con continuidad.
Entrenarse significa prepararse y uno no puede hacerlo un día antes del evento, sino que lo hace con anterioridad.
Esto se puede observar según las épocas, por ejemplo cuando comienza la primavera. En los días soleados es muchísima la gente que sale a correr por los parques o plazas para entrenarse, pero el contrapunto lo podemos ver al comienzo del otoño, donde la cantidad comienza a mermar de forma considerable. Los primeros entrenan pero no lo hacen con continuidad y cuando dejan de entrenarse y luego quieren retomar les cuesta muchísimo, ya que al otro día de comenzar es muy común el dolor en todo el cuerpo.
¿Cuál es el entrenamiento del cristiano?
Es un entrenamiento espiritual para poder llegar a la meta. Este debe ser con continuidad, a través de la oración, la lectura de la palabra y de congregarse asiduamente. Muchas veces nos pasa que nos emocionamos y queremos hacer todo de golpe pero a la semana volvemos al mismo estado. Cuando dejamos de entrenarnos espiritualmente de repente nos damos cuenta que no estamos preparados para afrontar algunos desafíos en la vida, vienen los problemas, las luchas y si nos encuentran sin entrenamiento comienza a doler todo: la cabeza de tanta preocupación, el alma de la angustia y la tristeza. En realidad el que quiere llegar a la meta, no se entrena un mes antes, ni una semana antes sino que vive entrenando. Y vivir entrenando significa tener continuidad, por eso es mejor que comiences de a poco y te vayas consolidando con el pasar del tiempo, no teniendo golpes de espiritualidad durante el año ni altibajos; es mejor comenzar a orar cada día, a leer la Biblia cada día e ir todos los fines de semana al culto para que este año llegues a la meta!
Nº2- Hace dieta.
Este punto está estrechamente relacionado con el anterior. En la dieta también debemos tener continuidad.
¿En qué consiste esta dieta?
La misma está dividida en dos partes, primero el no ingerir alimentos que dañen el organismo, no comer comida chatarra, y luego comer lo que hace bien. En lo espiritual pasa exactamente lo mismo debemos cuidarnos, rechazando el pecado, los vicios, absteniéndonos de todo aquello que sabemos, nos va a impedir correr la carrera. Y por otro lado, debemos incorporar aquellas cosas que nos hacen bien, como la presencia de Dios, Su paz, Su palabra, el llenarnos de Sus pensamientos, Su santidad, de entrega y no dejar que nada impuro entre a nuestro corazón. De esta manera vamos a llegar a la meta. El que no se alimenta bien no puede llegar al objetivo, simplemente porque está comiendo chismes, telenovelas, algún que otro pecadito, etc. El que no hace dieta Espiritual no llega a la meta, porque se cansa quedando a mitad de camino, la única manera de llegar es haciendo una buena dieta Espiritual.
Nº3- Mantiene el ritmo.
La única manera de correr una maratón es hacerlo sin desesperarse, manteniendo el ritmo.
Este pasaje que leímos al comienzo dice que debemos correr con paciencia.
Muchas veces creemos que correr es sinónimo de desesperación, de urgencia o ansiedad pero aquí se está hablando de dos cosas: de una actitud externa donde no te quedes estancado, quieto, conforme con lo que alcanzaste en la vida sino que hay que anhelar más. El otro aspecto hace referencia a tener paciencia en el corazón, tranquilidad y seguridad. Podríamos decir que debemos estar externamente activos e internamente seguros y tranquilos manteniendo la paz sin dejar que la ansiedad nos domine, porque el que corre con desesperación se queda sin aire. Debo correr mi carrera sabiendo que Dios me va a dar todo lo que estoy anhelando para este nuevo año.
Nº4- corre mirando hacia adelante.
Los maratonistas no miran para atrás, tampoco hacia los costados sino que lo hacen en una sola dirección: adelante. Como dice el pasaje: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él”, donde relata que el Señor no se fijaba en las personas que se burlaban de él, que lo atacaban y traicionaban mientras estuvo en la tierra. Cristo tenía los ojos puestos en su objetivo, tenía puestos sus ojos en esa meta.
Tenemos que dejar de mirar hacia los costados, no miremos más hacia las frustraciones, los fracasos y rencores del pasado. La única manera de llegar a la meta es mirando hacia adelante. Es por eso que el apóstol Pablo dice: "me despojo y dejo atrás, prosigo a la meta al premio del supremo llamamiento en Cristo Jesús". No dejes que nada te desvíe, que nada te distraiga. Corramos mirando hacia la meta. Muchos hoy no corren porque comenzaron a mirar aquello que les faltaba, lo que no habían conseguido dándole lugar a la distracción. Justamente aquello que Dios te quiere dar posiblemente no está hoy en tu realidad sino que está adelante!
Nº5- Depende más de la técnica que de la fuerza.
No vamos a lograr nuestros objetivos en nuestra fuerza solamente, sino con la técnica de Dios. Él es muy claro a través de Su palabra, la oración y la dependencia de Su presencia; una dependencia total de Su Espíritu Santo.
Nº6- Correr lo más liviano posible.
Toda la ropa de un deportista de maratón es súper liviana porque tiene que correr grandes distancias. Es como dice el apóstol Pablo: “despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia”. Obviamente el pecado es algo que nos carga, que viene sobre nuestra espalda impidiéndonos correr con rapidez, con agilidad y prestancia. Debemos tener en cuenta que el peso no es igual al pecado, podriamos ejemplificar el peso a traves de las preocupaciones ó frustraciones que quizás vienen sobre nuestra espalda y nos impiden avanzar, crecer, prosperar, consagrarnos, en otras palabras, llegar a la meta.
Podemos comprender mejor esta diferencia a través de la vida de José, Gn 42:24 donde dice que lloró. Esto hace referencia al peso del dolor que sentía por lo que le habían hecho sus hermanos pero en Gn 45:3-5 podemos notar que él no tenía rencor ni odio contra ellos. No había pecado en su corazón porque José mismo les afirma que Dios estuvo en control de aquella situación y su fin era preservar la vida de su pueblo.
Vamos a poder llegar a la meta si nos despojamos de todo peso!!
Nº7- El objetivo.
Nuestro objetivo es saber que somos cristianos para ser mejores hombres y mujeres; mejores padres, madres, hijos, mejores profesionales, hijos de Dios, más obedientes para alcanzar los dones espirituales y ver la gloria de Dios.
Nº8- Corre para ganar.
Los que corren, no lo hacen para quedarse a mitad de camino, lo hacen para ganar.
Algunos se quedan a mitad de la pista porque hay quienes dicen: soy cristiano pero no se para que, o no se para que vivo, es por eso que debemos reconocer que tenemos un objetivo en nuestra vida y la idea es llegar a la meta de ese propósito que Dios nos dio. Corremos para ganar. Porque la Biblia dice que somos más que vencedores en Él.
Nº9- Las lesiones.
Las lesiones nos impiden correr. Quizás algunos estén lesionados espiritualmente a causa de los golpes de la vida y no tienen fuerzas, ni ganas de correr. Pero Dios sana las lesiones, las heridas, el fracaso, él quita el pecado que quizás te golpeó y te dejó herido para que puedas correr nuevamente y alcances así la meta que tenés por delante.
Nº10- La oposición.
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Los corredores tienen gente en las tribunas que está a favor de ellos y otra gran parte que está en contra.
Nosotros estamos corriendo la carrera de la vida y también tenemos gente en las tribunas que nos van a alentar y otros que nos van a tratar de desanimar. Muchas veces son los mismos problemas, las circunstancias que nos dicen: "mira como estás, no tenés trabajo, es casi imposible que llegues a la meta, no podes, no servís". Pero dice la palabra de Dios que Jesús menospreció el oprobio, en su vida estaban los que lo amaban y también los que lo querían matar que lo odiaban y no creían en él sin embargo, Jesús menospreció las ofensas y el orgullo, lo tuvo en poco, no lo valoró porque tenía una meta y vivía para llegar a ella.
Muchas veces nosotros le damos más valor a las cosas negativas que nos pasan que a aquello que Dios tiene por delante. Le damos más valor al que tal vez se burló de mí o al que me contestó mal que a la meta que tenemos por delante. En ocasiones miramos y apreciamos más lo que nos falta que aquello que Dios ya nos entregó: su amor eterno, su plan perfecto, su protección y su guía que nos va a llevar a alcanzar esa meta que tenemos por delante.
Nº11- tenemos el triunfo asegurado.
Vamos a ganar esta carrera porque nuestro entrenador es el Espíritu Santo, es Dios y si le prestamos atención, llegaremos a la meta,
veremos hechas realidad cada una de las promesas que hemos recibido en nuestro corazón!!!
La carrera ya comenzó, es tiempo de prepararse con disciplina y llenarse de alimentos espirituales que nos den más fuerzas para llegar al objetivo. Alivianemos nuestra carga, olvidemos el pasado y dejemos atrás lo que nos frena. Todo está de nuestro lado para que lo logremos y sobre todo hay alguien muy interesado en que lleguemos: el Dios altísimo que con su amor, poder y protección cumplirá cada una de las promesas para tu vida!!!
Preguntas de reflexión:
1. ¿Qué es el entrenamiento? ¿Cómo nos entrenamos espiritualmente?
2. ¿Eres disciplinado o sufres muy a menudo altibajos?
3. ¿Cómo puedes mejorar tu entrenamiento?
4. ¿Cuál fue la reacción de Jesús frente a quienes lo lastimaban? ¿Cuál es la mía?
Pastores Claudio y Betty freidzon

ERES UNA CREACIÓN MARAVILLOSA DE DIOS, TU VIDA VALE MUCHO PARA ÉL

DIOS TIENE GRANDES PLANES Y GRANDES SUEÑOS PARA TU VIDA, NO ESTAS ACA POR CASUALIDAD, DESCUBRIR MÁS DE JESÚS SERÁ EL COMIENZO DE TU GRAN HISTORIA, VAMOS JUNTOS A CRECER EN LA FÉ!!!

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Me llamo Isabel, tengo 40 años, soy lic. en Biologia, pero mi verdadera profesión es servir a cristo, a quien amo profundamente. Pude experimentar en mi vida la existencia y el Amor de Dios y sus milagros por eso puedo hablarte de un Cristo Poderoso, que puede ganar tus batallas, que puede sanar tus heridas, que puede sanar tu alma, cuando le entregas todo a El. Es maravilloso disfrutar la vida de Dios, recibí a Cristo en tu corazón y empeza a Disfrutar de todo lo que El te ofrece, no te lo pierdas!!!

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